El Gobierno ha alertado sobre una creciente ola de violencia en el trópico de Cochabamba, donde al menos cuatro personas han sido asesinadas en los últimos días en hechos que estarían relacionados con el narcotráfico. Según el ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, estas ejecuciones serían una represalia de organizaciones criminales contra individuos que ofrecieron protección a narcotraficantes, pero no cumplieron con sus promesas debido a la acción policial en la región.
«Hay personas que están ofreciendo protección a narcotraficantes en el trópico, pero como la Policía está cumpliendo con su trabajo y no pueden garantizar esa seguridad, los grupos criminales toman venganza», explicó Del Castillo. Además, sostuvo que estos asesinatos suelen ocurrir tras incautaciones de droga o la destrucción de laboratorios clandestinos, lo que indicaría un vínculo directo entre el sicariato y la lucha contra el narcotráfico.
El caso más reciente ocurrió en Entre Ríos, donde tres personas fueron atacadas a balazos dentro de un vehículo. En la escena del crimen, los agresores dejaron un mensaje señalando que las víctimas fueron ejecutadas por «robar autos». No obstante, las autoridades sospechan que esta versión podría ser una distracción y que el motivo real estaría relacionado con actividades ilícitas vinculadas al narcotráfico.
Las fuerzas del orden han intensificado operativos en la zona, mientras el Gobierno reafirma su compromiso de desmantelar estas estructuras criminales. Sin embargo, la violencia continúa en aumento, lo que genera preocupación entre la población y pone en evidencia el desafío que representa la lucha contra el narcotráfico en el país.