Mundo, 9 de julio de 2024 – En una serie de entrevistas con los medios +972 magazine y Local Call, seis soldados retirados de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) que sirvieron en la Franja de Gaza han revelado escalofriantes detalles sobre sus experiencias durante la ofensiva en el enclave palestino. Los testimonios describen una rutina diaria de disparos sin restricciones, a menudo contra palestinos desarmados, para desahogarse o aliviar el aburrimiento.
Uno de los reservistas, que sirvió en el norte de Gaza, confesó haber disparado sin motivo alguno al mar, a la acera o a edificios abandonados, reportando estos incidentes como «fuego normal», un nombre en clave para expresar su aburrimiento. Las declaraciones también indican que cualquier persona en las calles, incluidos hombres, mujeres y niños, era considerada sospechosa y, por lo tanto, un blanco legítimo. «Todo hombre entre 16 y 50 años es sospechoso de ser un terrorista», afirmó uno de los soldados, subrayando la dificultad de distinguir entre civiles y combatientes de Hamás.
Además de las prácticas de disparo indiscriminado, los testimonios describen calles llenas de cadáveres de civiles en avanzado estado de descomposición y casas palestinas incendiadas sistemáticamente tras ser ocupadas por las FDI. Estas tácticas no solo resultan en la muerte de palestinos inocentes, sino que también ponen en riesgo a los propios soldados israelíes debido al riesgo de fuego amigo. De los 324 soldados israelíes muertos durante la ofensiva terrestre en Gaza, al menos 28 fallecieron por fuego amigo, según admitió el Ejército. Yuval Green, uno de los pocos militares que habló sin anonimato, destacó que el fuego amigo es el «problema principal» que pone en peligro la vida de los soldados de las FDI.