Después de décadas de espera y promesas incumplidas, Bolivia finalmente pone en marcha el Complejo Siderúrgico El Mutún, una industria que cambiará el juego económico del país. Este lunes, en un acto encabezado por el presidente Luis Arce, la planta abrirá oficialmente sus puertas con la meta de producir 200 mil toneladas de acero al año, marcando un antes y un después en la industrialización nacional.
“Han pasado 60 años desde que se habló de la industrialización. Ahora estamos a 24 horas de que se cumpla. Mañana es la gran inauguración de este gran Complejo Siderúrgico del Mutún”, destacó el ministro de Minería, Alejandro Santos.

Con una inversión de 546 millones de dólares, el Mutún procesará 800 mil toneladas de carga bruta de hierro al año. En su primera fase, producirá 3.000 toneladas de acero al mes, cubriendo el 50% de la demanda interna y evitando que Bolivia siga dependiendo del acero importado. Esto no solo ahorrará 500 millones de dólares al año en importaciones, sino que también generará empleo directo para 700 personas y otros 200 puestos indirectos en la región.
“Al año importamos 400.000 toneladas de hierro, eso es lo que ingresa al país desde el exterior. Con la planta vamos a cumplir con 200.000 toneladas, lo que va a cubrir el 50% de esta demanda. En lugar de sacar la plata afuera, se mantendrá en el país”, aseguró Santos.
El Mutún no es un proyecto nuevo. Su yacimiento fue descubierto en 1848, pero no fue hasta 1956 que se iniciaron los primeros estudios para su explotación. Durante años, fue un sueño truncado por problemas burocráticos y falta de inversión. Ahora, con su entrada en funcionamiento, la industria siderúrgica boliviana da un paso gigante hacia la autonomía productiva.
El complejo cuenta con siete plantas: Concentración, Peletización, Reducción Directa del Hierro (DRI), Acería, Laminación, Central Eléctrica y Auxiliares. Su producción se centrará en barras corrugadas y alambrón, insumos clave para la construcción y la fabricación de productos como tornillos, clavos y pernos.
“A partir de mañana salen los fierros corrugados, vamos a producir alambrones, y tenemos ya compañeros empresarios listos para comprar y vender en el mercado interno. Estamos muy orgullosos de ser bolivianos”, resaltó el ministro.
Después de más de seis décadas de espera, la industrialización del Mutún deja de ser una promesa y se convierte en una realidad. Bolivia entra en la era del acero, con una industria propia que fortalecerá su economía y abrirá nuevas oportunidades para el desarrollo nacional.