Trans la orden de aprehensión y la alerta migratoria por el delito de trata de menores, Evo Morales, señaló que no se entregará, ni se presentará a declarar en Tarija
En medio de una creciente controversia, el expresidente Evo Morales declaró públicamente que no se presentará a declarar por las acusaciones de trata y tráfico de menores en su contra, alegando que se trata de un caso con tintes políticos.
En su habitual espacio en Radio Kawsachun Coca, Morales calificó el proceso judicial como una “acción netamente política” y cuestionó la legitimidad de las investigaciones, argumentando que, sin una víctima identificada, no existe delito alguno.

“Esto ya fue investigado en 2020, durante el gobierno de Añez, y fue rechazado. Según el Código de Procedimiento Penal, no se puede investigar dos veces el mismo hecho”, afirmó Morales, dejando entrever que el caso sería un intento de persecución política por parte del actual gobierno de Luis Arce.
El exmandatario también denunció lo que considera una operación desproporcionada en su contra, asegurando que en Tarija lo esperan cientos de policías para detenerlo. “No soy tonto, ¿a quién le esperan 600, 800, casi 1.000 policías? No puedo entregarme ahí, por favor”, expresó.
Las declaraciones de Morales surgen tras la emisión de una orden de aprehensión y una alerta migratoria en su contra. Mientras tanto, desde el oficialismo, las voces críticas hacia el expresidente no han cesado. El propio presidente Luis Arce calificó el caso como “un secreto a voces”, reafirmando las divisiones internas en el Movimiento al Socialismo (MAS).
Con esta nueva polémica, Evo Morales enfrenta no solo un proceso judicial que amenaza su legado político, sino también un desgaste en su relación con el gobierno actual y una creciente presión de sectores opositores. La situación promete agitar aún más el escenario político de Bolivia en los próximos días